martes, 13 de noviembre de 2012

Dejar atrás la "Zona de Confort"

Hay una persona en concreto que se alegrará mucho de ver mi primera entrada, esa persona sabe quien es, y a ella van dedicadas estas primeras reflexiones. Sin su ayuda no habría creado este blog, y  no habría conseguido mantener viva la ilusión por hacer grandes cosas con mi vida.
Esta primera entrada la dedicaré, a rasgos generales, a compartir las inquietudes que me llevaron un día a dejar atrás una vida que yo creía medio vacía y que, debo confesar, a menudo echo mucho de menos.
Abandonar la "zona de confort" como bien ella me explico es una decisión que solo algunos valientes se atreven a tomar, la definición de este estado sería:
 La zona de confort es un estado mental donde nos encontramos cómodos con nuestra vida actual, con nuestras aspiraciones cubiertas y sin presiones.
Efectivamente así me encontraba yo; tenía casa, coche, un trabajo estable y bien remunerado, una perrita que me quería y esperaba cada día incondicionalmente y un nutrido grupo de grandes amig@s  con los que siempre podía contar y los que siempre me sacaban una sonrisa.
No me gustaba la idea de perder todo aquello, pero al mismo tiempo sentía un vacío inmenso en mi interior y un miedo irracional a que eso fuera todo lo que habría de llenar el resto de mi vida. Durante muchos meses pensé cual sería la mejor manera de dejar atrás todo aquello y empezar una nueva etapa en mi vida, y también comencé a valorar que era exactamente lo que buscaba. 
Debo ser sincera, así que  mes y medio después de mi partida, aun  no sé exactamente que es lo que busco, pero como siempre dije, cuando lo encuentre sabré que eso era parte de lo que mi alma ansiaba encontrar.
No voy en busca de nada material, más bien se trata de llenar mi alma de experiencias, esas experiencias que en la "zona de confort" nunca habría encontrado y que desde que partí he encontrado a penas unas pocas, quizá por el destino en el que me encuentro actualmente, pero llevo poco viaje y sé que al final del mismo estas serán tantas que quiero que queden registradas, es por ello que me he decidido y he comenzado el blog. No quiero que esas experiencias queden en el olvido y que llegue un día que acumule tantas que no sepa organizarlas en mi cabeza. Por todo esto, desde hoy me comprometo a dejar registro de todas ellas, las que sean dignas de mención o aquellas que sería mejor olvidar, ya que éstas últimas pueden servirme de guía en el futuro, las buenas las disfrutamos y las malas son lecciones de vida.
Dicho todo esto, cuando  han pasado 43 días desde mi partida, he experimentado algunas de  esas experiencias a las que definiré como "momentos de vida" o "regalos de vida" por las que merecía dejar atrás mi "zona de confort". En breve empezaré a redactarlas...